Betancuria es la localidad más antigua de Canarias y la que conserva el conjunto histórico artístico más interesante de Fuerteventura.
Así que, vamos a dejar la playa de lado por un día y nos vamos a sumergir en este precioso pueblo que además fue la antigua capital de Fuerteventura.
Betancuria
La villa de Betancuria debe su nombre a Jean de Betancourt, quien llegó a ella en el año 1404.
Está situada en el Valle del Macizo de Betancuria, un sitio estratégico militarmente, puesto que está entre montañas, por lo que era un lugar idóneo para defenderse de los posibles ataques de los piratas.
El casco histórico de Betancuria es pequeño pero con encanto y gira entorno a la iglesia de Santa María que cuenta con una turbulenta historia. En ella confluyen diferentes estilos y materiales, dándole personalidad y haciéndola única.
Edificada originariamente en estilo gótico-normando, sufrió diversos ataques por parte del pirata berberisco Xabán Arraez, destruyendo la edificación hasta el punto que sólo se conserva el primer tramo de la torre del campanario. En 1620 los habitantes reconstruyeron la actual Iglesia-Catedral de 3 naves.
Al entrar nos topamos con un retablo barroco del s. XVII, que recoge la imagen de Nuestra Señora de la Concepción. Además, en su interior destaca también, el rico artesonado mozárabe, sobre todo el de la sacristía, así como el coro y el baptisterio.
Una vez que salgáis de la iglesia, os recomendamos dar un paseo sin prisas por el centro del pueblo donde además de poder admirar la arquitectura típica, podréis sentir el silencio y la tranquilidad que forman parte de la antigua capital de la isla.
Mirador de Guise y Ayose
Ahora, cogemos de nuevo el coche para dirigirnos al mirador de Guise y Ayose, localizado en la carretera FV-30 a poca distancia de Bertancuria.
Lo primero que os llamará la atención será las 2 enormes estatuas de bronce. Representan a los antiguos Reyes de Fuerteventura antes de la conquista en 1.402, Guise y Ayose, quienes gobernaban los 2 reinos en los que se dividía la isla: Jandía y Maxorata.
Estos reinos estaban separados por un muro defensivo el cual se cree que estaba emplazado donde hoy se encuentra este mirador.
Pero no solo estas estatuas os dejarán con la boca abierta. Desde aquí, podréis disfrutar de unas vistas inmejorables del norte de la isla y del Valle de Betancuria.