La costa de Sotavento de la Península de Jandía no sólo alberga las grandes urbanizaciones turísticas de esta parte de la isla. Ha sabido preservar todo su encanto natural en forma de playas kilométricas de arena blanca y aguas color esmeralda.

Empezamos por la Playa de Jandía.

Playa de Jandía

Esta playa es la que veíamos todas las mañanas al despertarnos puesto que está enfrente del Occidental Jandía Playa.

Se trata de una playa kilométrica y muy ancha en la que, antes de llegar, tendremos que cruzar unos matorrales bajos, pero… ¡¡no os preocupéis!! hay senderos en tierra o en madera para cruzar fácilmente.

Cada pocos metros hay un puesto de vigilancia y aquí, el mar suele estar más tranquilo por lo que podremos disfrutar del baño sin problemas.

En esta misma playa se encuentra el Faro del Matorral que se sitúa en un enorme saladar con alto interés científico, lo que le ha valido la declaración de espacio natural protegido.

Se construyó a finales del siglo XX, y desde entonces, con sus 62 metros de alto, advierte a los marineros que navegan cerca del sur de la isla de la poca profundidad de las aguas.

Cuando comienza a caer el sol, el faro y los colores del cielo forman un lienzo perfecto, dando lugar a uno de los atardeceres más bonitos que se pueden apreciar en Fuerteventura.

Playa de Butihondo

Es una playa semiurbana de casi 3 km de longitud dividida en diferentes tramos, lo que le permite ofrecer grandes zonas de tranquilidad a pesar de estar en un área turística.

Es por eso que la playa es perfecta para practicar nudismo con toda privacidad, tomar el sol con todas las comodidades o disfrutar de algún deporte náutico.

Tiene multitud de servicios para pasar un completo día de playa, como alquiler de hamaca y sombrilla, duchas y aseos. A lo largo de la playa hay algunos chiringuitos para poder comer junto al mar.

Además, cuenta con parking y conexión con la línea de autobús que va al pueblo de Morro Jable.

Playa del Mal Nombre

Con un aspecto salvaje y agreste prácticamente intacto, la playa del Mal Nombre se extiende sobre la costa sureste de la isla como una gran desconocida que se podría incluir entre las mejores playas de Fuerteventura.

La playa del Mal Nombre se encuentra protegida por un acantilado de rocas oscuras que la protege del viento. Tiene unas dimensiones de aproximadamente 1 kilómetro de longitud y una anchura de unos 50 metros.

La playa del Mal Nombre es la elección ideal para aquellos que buscan desconectar en un rincón alejado del bullicio y las multitudes. Su encanto radica en que apenas hay edificaciones alrededor. Aun así, cuenta con un chiringuito en el que se puede comer algo en el caso de que no hayáis llevado comida.

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