Minas de Santa Marta: Turismo minero con alma en Extremadura

Bajo tierra también hay historias que respiran.

Algunas dormían desde hace décadas, cubiertas por el polvo del tiempo, esperando que alguien volviera a encender la luz.

Las Minas de Santa Marta, en la provincia de Badajoz, es una de ellas.

Un lugar donde el silencio cuenta lo que los libros olvidaron: El esfuerzo de quienes bajaban cada día a las entrañas del suelo, la memoria de un pueblo ligado a la minería, y el valor de rescatar todo eso para convertirlo en algo vivo otra vez.

Hoy, esas galerías ya no guardan solo minerales.

Guardan memoria, conocimiento y una experiencia única para quien se atreve a adentrarse.

Visitar la mina y el Museo Geológico “José María Fernández Amo” no es solo una excursión: Es un viaje al interior de la tierra y a la historia reciente de Extremadura.

Allí abajo, entre sombras y brillos, entiendes que el patrimonio no siempre está a la vista.

A veces hay que bajar un poco para encontrarlo.

Un pasado que vuelve a brillar (con vanadio, y mucho carácter)

En Santa Marta de los Barros no se buscaba oro ni diamantes.

Aquí se buscaba vanadio, un mineral tan raro que su nombre parece el de un supervillano de Marvel.

A principios del siglo XX, las minas rugían.

En sus galerías estaba uno de los yacimientos más singulares de España, lleno de minerales poco comunes, algunos tan raros que ni siquiera se habían visto antes en el país.

La mina Garandina (también conocida como Virgen del Carmen) fue la gran protagonista.

Hoy, reconvertida y musealizada, presume de ser la primera mina de vanadio del mundo abierta al turismo.

Y no es cualquier mina: Este lugar está lleno de pequeñas joyas geológicas que parecen sacadas de una peli de ciencia ficción.

Aquí se descubrió la calderonita, un mineral fluorescente que brilla bajo la luz ultravioleta (sí, como en un club de los 2000, pero versión científica).

Es uno de los 27 minerales descubiertos en la Península Ibérica y que hizo que las Minas de Santa Marta fueran declaradas de interés científico. 

Además existe tanto en las paredes de la mina como en todas las viviendas del poblado.

Y, hablando de paredes…

Entre ellas se esconden curiosidades con nombre propio: Las famosas “palomitas de maíz” y las “flores de vanadio”, formaciones tan delicadas que parecen de otro planeta.

La actividad minera se detuvo en 1927, pero el lugar no se apagó.

Hoy, estas galerías son un ejemplo brillante (literalmente) de cómo el pasado puede iluminar el presente.

La visita: Un viaje bajo tierra (y una sala que ve lo invisible)

Entrar en las Minas de Santa Marta es como colarse en un secreto bien guardado.

A medida que avanzas, la luz natural desaparece y el silencio lo llena todo.

Solo se escucha el sonido de los pasos y alguna respiración contenida, hasta que ocurre…

No diremos mucho más (porque merece la pena vivirlo sin saberlo), pero digamos que cuando las luces se apagan, la mina sorprende.

Y mucho.

El recorrido continúa en el Museo Geológico “José María Fernández Amo”, donde cada vitrina es una pequeña cápsula del tiempo.

Allí se encuentra la famosa Sala Negra, un espacio único que se utiliza para observar cómo reaccionan los minerales bajo diferentes tipos de iluminación.

Es una experiencia visual, casi mágica, en la que los minerales se transforman en destellos de color.

Ambos espacios forman parte del proyecto de turismo minero y patrimonial impulsado por las Minas de Santa Marta, con quienes nosotras colaboramos para dar a conocer esta experiencia y todo el trabajo de recuperación que hay detrás.

Es una visita que mezcla ciencia, historia y emoción a partes iguales.

Y cuando sales a la superficie, lo haces con la sensación de haber descubierto algo más que una mina: Una historia que sigue viva.

Minas de Santa Marta: Turismo minero con alma en Extremadura

Más allá de la mina

La experiencia no termina al salir a la superficie.

En Santa Marta, el turismo minero tiene una segunda vida… y ocurre cuando cae la noche.

Las llamadas “rutas negras” son una de esas experiencias que tenemos en la lista de “hay que hacerlo sí o sí”.

Se trata de visitas nocturnas guiadas por el poblado minero Los Llanos, el Museo Minero y la Sala Negra del Museo Geológico, donde los minerales se vuelven protagonistas bajo la luz ultravioleta.

Literalmente, la mina brilla en la oscuridad.

El recorrido mezcla historia, ciencia y emoción, pero también tiene un final delicioso: Una cata de vinos, aceite y quesos locales organizada junto a la Cooperativa Santa Marta Virgen.

Tres horas de visita que combinan patrimonio, paisaje y sabor.

El trío perfecto para quienes disfrutan de los viajes distintos.

Tanto las rutas negras como las visitas diurnas hay que reservarlas con antelación.

Las Minas de Santa Marta no es solo una visita subterránea.

Es una historia que se recupera, una lección de ciencia que se vive, y un pedacito del alma extremeña que sigue brillando bajo tierra.

Y sí, es de esas experiencias que te recuerdan que viajar distinto siempre merece la pena.

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Datos Básicos:

Donde dormir: Si quieres aprovechar la escapada, aquí tienes un mapa con opciones de alojamiento cerca de la mina.

Dónde está:

La visita comienza en la Mina Garandina, también conocida como Virgen del Carmen, situada en el término municipal de Santa Marta de los Barros (Badajoz), en la comarca de Tierra de Barros.

Las coordenadas aproximadas del lugar son 38.62266, -6.58123 según Google Maps.

El acceso se realiza a través de la carretera EX-105. Una vez en el desvío correspondiente está perfectamente señalizada la Mina Garandina, con zona de aparcamiento y cartel informativo.

La visita guiada arranca aquí.

Después, el guía acompaña al grupo en su coche hasta el Museo Geológico “José María Fernández Amo”, situado a poca distancia.

No hace falta perderse: Solo hay que seguir al guía.

Para orientarte, la Mina Garandina está a unos 50 km de Mérida, 35 km de Zafra, y aproximadamente 5 minutos en coche desde el centro de Santa Marta de los Barros, en un entorno de viñedos y tierras rojizas donde la historia minera se mezcla con paisaje agrario.

Visitas:
Las visitas a la mina y al Museo Geológico “José María Fernández Amo” se realizan de manera guiada y es necesario reservar con antelación.

  • Reservas: 625 04 68 35 (también por WhatsApp)
  • Duración aproximada: 2 horas
  • Rutas Negras: Visitas nocturnas especiales (3 horas aprox.), bajo reserva previa.

Recomendaciones:
Lleva calzado cómodo y algo de abrigo (la temperatura interior baja bastante). Si te animas a vivir una Ruta Negra, añade linterna y ganas de dejarte sorprender.

Más información:
Puedes consultar horarios y novedades en su web oficial

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