Después visitar Bucarest subimos hacia el centro de Rumanía, a la más conocida de sus regiones, Transilvania.
Os daréis cuenta en este primer trayecto en coche, de las «peculiaridades» de conducir por Rumanía, pero también, de los bonitos paisajes que se van sucendiendo.
Nuestra base para recorrer esta región es la ciudad de Brasov.
Brasov
Brasov es una de las ciudades más visitadas de Rumanía y la segunda mayor en número de habitantes. Está ubicada en las laderas del monte Tampa, donde, a semejanza con Hollywood, está puesto su nombre en letras grandes blancas.
Lo primero que hicimos al llegar fue aparcar el coche en el parking del hotel, dejar las maletas y disponernos a conocer Brasov.
Llegamos hasta la antigua Plaza del Ayuntamiento en transporte público.
Es el lugar más céntrico de Brasov. Os llamará la atención los colores de sus edificios barrocos.
El Ayuntamiento, del siglo XV, es de origen medieval al igual que la plaza aunque tiene detalles renacentistas y barrocos.
La torre no se le añadiría hasta el siglo XVIII y es llamada «La Torre del Flautista». Le debe su nombre a la leyenda del Flautista de Hamelin.
En la planta baja del Ayuntamiento está la oficina de turismo por si necesitáis más información de la ciudad o de la región.
Otros edificios significativos de la plaza son la Casa Negustorilor que data de 1539 y donde actualmente se ubica uno de los restaurantes más famosos de la ciudad. Al lado de esta casa encontraréis la segunda farmacia más antigua de Rumanía. Ha sido restaurada y se puede visitar el sótano y la planta baja.
También podéis ver la Catedral Ortodoxa del siglo XIX.
Uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad es la Bisera Neagara o Iglesia Negra. Su nombre se debe al aspecto con el que quedó tras el gran incendio de 1689 que sufrió la ciudad tras el cual se prohibió edificar en madera.
La iglesia tardó casi un siglo en construirse y el proyecto para la segunda torre nunca se llevó a cabo.
Después de la visita a la Iglesia Negra es interesante pasear por las calles de Brasov y admirar sus coloridos edificios hasta llegar a la Strada Sforii, una de las calles más estrechas de Europa que servía en la Edad Media para el paso de bomberos.
Siguiendo el trazado de la muralla, os iréis encontrando los 4 bastiones que se conservan y que ponen de manifiesto el origen sajón de la ciudad.
Cada bastión pertenecía a un gremio. El mejor conservado es el de los Tejedores que se construyó entre 1421 y 1432.
Podéis coger el funicular que sube al monte Tampa frente al Bastión Funarilor. Desde la cima podréis realizar bonitas fotos panorámicas de la ciudad.
Si cuando bajéis os sobra algo de tiempo os podéis acercar a las puertas Ecaterinei y Scheii y a las torres Negra y Blanca.
La puerta Scheii marcaba la entrada al barrio de Scheii desde la ciudad amurallada. Era la única entrada para los rumanos que vivían en este barrio, a los que no se les permitía utilizar otras entradas.
Al lado, encontraréis la Puerta Ecaterinei. Es la única que queda de origen medieval y fue levantada por el gremio de los Sastres en 1559.
Las torres Negra y Blanca, debido a su elevación ofrecen unas fantásticas vistas de Brasov.
Castillo de Bran
El Castillo de Bran se encuentra sólo a 30 km de Brasov. Esta situado en una colina rocosa y es uno de los lugares más visitados y conocidos de Rumanía debido a la novela de Drácula de Bram Stoker que está inspirada en el personaje de Vlad Tepes, príncipe de Valaquia entre 1456 y 1462.
Os recomendamos que realicéis la visita a primera hora de la mañana, ya que el castillo es muy angosto, con muchas escaleras y la acumulación de público hace que no se disfrute del recorrido.
Toda la información de horarios y precios la podéis encontrar en este enlace.
El acceso se realiza a través de una escalinata mediante la cual llegaréis a la torre de vigía.
Desde aquí saldréis a un patio y podréis ir recorriendo todas las estancias visitables.
Las estancias se conservan con un aspecto muy similar al que tenían durante la época de la Reina María en el siglo XX.
Rasnov
Desde el Castillo de Bran a la ciudadela de Rasnov hay algo menos de 15 minutos en coche en dirección a Brasov.
Esta fortaleza asentada sobre una pequeña colina tiene origen medieval y se cree que fue construida por los Caballeros de la Orden Teutónica en el siglo XIII.
Su situación estratégica entre Valaquia y Transilvania ha hecho que fuera asediada en numerosas ocasiones pero sólo tomada en una, en 1612.
Finalmente en el siglo XIX fue abandonada y no fue hasta mediados del siglo XX que el gobierno comunista la restaurara para una función únicamente turística.
Se puede acceder a Rasnov por medio de un funicular, o, como hicimos nosotras, caminando desde el parking habilitado para turistas.
En el primer recinto de la ciudadela podréis ver la Torre de los Arqueros y también subir a ella.
En el segundo recinto es donde habitaban los campesinos. Podéis ver las viviendas, las ruinas de la escuela y la capilla, desde donde tendréis unas fantásticas vistas de los bosques que rodean la zona.
También se conserva el pozo de 1642. Se dice que se construyó debido a que la única vez que se conquistó Rasnov fue porque no había agua dentro de la fortaleza y los enemigos, descubrieron la ruta secreta que se utilizaba para llevar el agua.
Aunque, como ocurre habitualmente esta no es la única leyenda que se cuenta sobre el pozo de Rasnov.