Cuando decimos la palabra «Auschwitz» lamentablemente a todos se nos viene a la cabeza el horror de los campos de concentración nazis.

Probablemente habréis visto películas como: «La lista de Schindler» o «El niño con el pijama de rayas» y creeréis que sabéis lo que os vais a encontrar aquí, pero os podemos asegurar que no. Nadie está preparado para ver algo así, y sin embargo, pensamos que todo el mundo debería visitarlo al menos una vez en la vida para concienciarnos de que esto no puede volver a ocurrir nunca.

Localizado a unos 70 km de Cracovia, constituyó el principal centro de exterminio de la historia.

Actualmente es posible visitar 2 campos: Auschwitz I, el campo de concentración original y Auschwitz II (Birkenau), construido posteriormente como campo de exterminio.

Os dejamos aquí el enlace para reservar vuestra entrada.

Auschwitz I

Construido en 1940 para albergar a los prisioneros políticos polacos que ya no cabían en las cárceles. Fue el campo de concentración original y el centro administrativo del complejo que se construyó posteriormente.

Los primeros en llegar al campo fueron los prisioneros políticos del ejército polaco aunque no tardaron en seguirles miembros de la resistencia, intelectuales, homosexuales, gitanos y judíos.

A los prisioneros seleccionados para trabajar se les asignaba un número de serie del campo que se cosía en sus uniformes.

Nada más atravesar la puerta de entrada de Auschwitz I los recién llegados se encontraban con la enorme inscripción «Arbeit macht frei» (el trabajo hace libre), algo que hacía pensar que en algún momento iban a lograr salir de allí.

Al igual que otros campos de concentración contaba con una cámara de gas y crematorio. Al principio, los ingenieros de las SS construyeron una cámara de gas improvisada en el sótano del edificio de la prisión, el Edificio 11. Posteriormente se construyó una cámara de gas permanente más grande en un edificio independiente.

En el hospital de la Barraca (edificio 10) los médicos de las SS llevaron a cabo «experimentos médicos». Realizaron investigaciones pseudocientíficas en niños, gemelos y enanos, y practicaron esterilizaciones forzosas y castraciones en adultos. El más conocido de estos médicos fue el Capitán de las SS Josef Mengele.

A lo largo de los diferentes bloques del campo se pueden ver exposiciones en las que se muestran las condiciones en las que malvivían los prisioneros. Además hay una pequeña parte de la inmensa colección de los objetos que fueron robados a los prisioneros antes de asesinarlos: botas, maletas, gafas, ollas…incluso pelo.

Auschwitz II – Birkenau

El segundo campo y el de mayor tamaño es el que la mayor parte de la gente conoce como Auschwitz. Fue construido en 1941 en la localidad de Bikernau (a 3 kilómetros del campo principal) como parte del plan de la Alemania nazi conocido como “Solución final” en el que se pretendía aniquilar a la población judía.

Contaba con una extensión de 175 hectáreas y estaba dividido en varias secciones delimitadas con alambres de púas y verjas electrificadas.

Auschwitz – Birkenau no era un campo de trabajo igual que los demás. Se construyó con la función de exterminar a los prisioneros que entraban en él. Para ello, lo equiparon con 5 cámaras de gas y hornos crematorios, cada uno de ellos con capacidad para 2.500 personas.

Tras llegar hasta el campo en los vagones de carga de un tren en un terrible viaje de varios días en el que no recibían agua ni comida, seleccionaban a los prisioneros.

A los considerados poco aptos para trabajar, los llevaban hasta las cámaras de gas. Les decían que iban a recibir una ducha y, tras dejar sus pertenencias en una sala, eran encerrados y asesinados con Zyklon B. Cuando todos habían muerto revisaban que no tuvieran ningún objeto de valor (dientes de oro, pendientes…) y los llevaban a los hornos crematorios.

En el campo aún se conservan algunos barracones originales, las enormes letrinas y los restos de los hornos crematorios y las cámaras de gas que los nazis trataron de destruir antes de su precipitada huida.

El 27 de enero de 1945 las tropas soviéticas liberaron a los prisioneros que quedaban en el campo. Por desgracia la mayoría de ellos se encontraban enfermos y apenas con vida.

Se calcula que las SS y la policía deportaron por lo menos a 1,3 millones de personas al complejo de campos de Auschwitz entre 1940 y 1945. De los que asesinaron aproximadamente 1,1 millones de personas.

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