Datos Básicos:

  • Cómo llegar a Setúbal desde Madrid:
    • Coche: Por la A-5 y A-6. Tiempo aproximado 5 horas y 30 minutos.
    • Avión: Hasta Lisboa y desde allí en coche por la A2. En el recorrido en coche se tarda aproximadamente 40 minutos. Si no tenéis coche se puede llegar en cercanías desde Lisboa. Este recorrido tiene una duración de 1 hora y 30 minutos. Os dejamos aquí los horarios y el precio.
  • Como llegar a la Península de Troia desde Setúbal:
    • Catamarán. Os dejamos aquí los horarios. La duración del recorrido es de 25 minutos.
  • Alojamiento: Luna Esperança Centro Hotel ****

Setúbal

Aunque Setúbal se encuentra a sólo 40 km de Lisboa es una gran desconocida para muchos viajeros, de hecho, es uno de lo secretos mejor guardados de Portugal.

Situada a las puertas de la Región del Alentejo, es eclipsada por las vecinas Sintra y Cascais. Si embargo, Setúbal y su entorno natural guardan muchas sorpresas.

Nuestro hotel se encuentra en la Avenida Luisa Todi, muy cerca del centro y del puerto desde donde cogeremos el catamarán a Troia.

Si os gustan los mercados locales, la primera parada de la mañana es el Mercado do Livramento. Dedicado a la venta de pescado y marisco fresco y en el que los típicos azulejos portugueses hacen acto de presencia, está considerado como uno de los mejores del mundo.

Aquí, lo que más llama la atención es el pescado fresco, pero fresco de verdad, ya que apenas hace un par de horas que lo pescaron; de manera que, en muchas ocasiones lo presentan de pie sobre una cama de hielo picado.

También es digna de admirar la zona de frutas y verduras que dan color al mercado.

Lo encontraréis a pleno rendimiento de martes a domingo de 7.00 a 14.00.

Después nos dirigimos a la Plaza Bocage que se encuentra justo enfrente de la salida principal del mercado.

Es, sin duda, la plaza más bonita de Setúbal y punto de partida para visitar el casco antiguo.

Se trata de una plaza muy amplia y tranquila donde lo mejor que se puede hacer es sentarse en sus terrazas a tomar un buen café.

Aquí, encontramos: el Ayuntamiento, la Iglesia de San Julián y la estatua de Bocage, que era un importante poeta portugués.

La Iglesia de San Julián fue fundada por los pescadores de Setúbal en el siglo XIII, pero hoy, no queda nada de aquella primitiva iglesia.

Se pueden observar los pórticos de estilo gótico manuelino tan característico de Portugal.

Si giramos a la derecha bordeando los muros de la iglesia, nos adentraremos de lleno en el centro histórico.

Aquí os recomendamos que os olvidéis de la guía, mapa, móvil… o cualquier otra cosa que llevéis para no perderos porque lo que tenéis que hacer es, precisamente eso, perderos por las calles del centro histórico donde descubriréis pequeñas plazas, casitas bajas de colores o de azulejos todavía sin restaurar, callejuelas estrechas… en definitiva, ese Portugal algo decadente que a todos nos encanta.

Poco a poco os iréis dando cuenta que las calles comienzan a empinarse hasta llegar al Mirador de san Sebastián, donde podréis disfrutar de unas preciosas vistas del puerto, el río Sado y gran parte de la ciudad.

Este mirador está decorado con azulejos, tiene unos árboles que dan buena sombra y unos bancos en los que sentarnos a descansar.

Después, volvemos a descender a la Avenida Luisa Todi para probar una de las especialidades locales, los chocos fritos, que no son ni más ni menos que trozos de sepia rebozados servidos con varias rodajas de limón que están… ¡¡espectaculares!!.

Una vez que ya hemos retomado fuerzas, nos dirigimos a la zona del puerto donde nos encontraremos con «El jardín del Ingeniero», que está pegado al lugar donde atracan los catamaranes.

Se trata de un lugar muy agradable para pasear , se encuentra al borde del mar y tendremos enfrente la Península de Troia.

Si continuamos por el paseo marítimo nos encontraremos con el puerto de pescadores.

Es un lugar inconfundible, además de por las barcas de los pescadores, por las figuras de delfines pintados de colores, así que, aquí tenemos dos de los rasgos con los que se identifican los setubalenses; los delfines y los barcos de pesca.

Ya sólo nos queda por visitar el Fuerte de San Felipe, y, os recomendamos que lo hagáis al atardecer para poder admirar las bellísimas puestas de sol del Atlántico.

Dentro del fuerte, encontraréis una pequeña capilla repleta de azulejos portugueses impresionante.

Si os apetece, dentro del fuerte hay un bar donde podréis tomar algo y disfrutar un rato más de las vistas.

Península de Troia

Al día siguiente, vamos directamente a coger el catamarán que nos llevará a Troia, si queréis ir con el coche, también salen ferrys.

El trayecto es corto, dura aproximadamente 25 minutos.

La península de Troia es una extensión de tierra con 20 km de playa, lo que la convierte en uno de los arenales más largos de Portugal.

Se desembarca en Comporta, una pequeña aldea donde hay varios hoteles, un par de restaurantes y unos chiringuitos.

Enseguida encontraréis un camino de madera que os llevará a través de los pinares a la extensa playa atlántica donde es muy habitual avistar delfines. Dar un paseo en barco para observarlos en siempre una buena idea.

Troia, ya fue ocupada por los romanos. Fe de ello dan sus restos arqueológicos que datan del siglo I. Era el mayor complejo de producción de conservas y salsa de pescado del occidente romano, lo que también refleja la importancia que siempre ha tenido la pesca en la región de Setúbal.

Después de la Playa de Galé, las dunas se ven interrumpidas por la laguna Melides, con un acantilado de arenisca de 5 millones de años de antigüedad y por la Reserva Natural Das Lagoas de Santo Andrés e da Sancha.

En Troia, el tiempo pasa muy rápido porque la belleza natural te envuelve desde el primer momento. Os recomendamos no ir con el tiempo justo para visitarla porque os quedaréis con ganas de más.

El clima, es suave, pero si vais en otra época que no sea verano, recordad que las aguas del Atlántico son frías.

Nos vamos con la sensación de haber descubierto un paraíso en la tierra, y además, mucho más cerca de lo que pensamos por lo que… volveremos de nuevo ¡¡sin duda!!.

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