Oleoturismo en Extremadura: Estrellas, aceite y una cena para recordar en Los Encepados
Nunca imaginamos poder cenar entre olivos bajo un cielo al que se le caían las estrellas.
Y no es una frase bonita para arrancar este post.
Es exactamente lo que vivimos.
Nos invitaron a una experiencia llamada Oleonoche, en plena Sierra de las Villuercas, y fuimos sin saber que aquella noche iba a quedarse a vivir con nosotros.
Aceite de oliva virgen extra, quesos de la zona, una cena servida en cestas de mimbre, un olivar ecológico iluminado solo por la luna y el cielo…
El cielo más puro que hemos visto en mucho tiempo.
El cielo del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, que acaba de recibir el sello Starlight y se lo tiene bien merecido.
Pero empecemos por el principio, que esto no es un sueño, aunque lo parezca.
- 1. ¿Qué es Los Encepados y dónde está?
- 2. ¿A qué sabe el oro líquido cuando es de verdad?
- 3. Cena bajo las estrellas (literalmente)
- 4. Cuando se apagan las luces, empieza el espectáculo
- 5. Un centro de estética en medio del campo (sí, y es una maravilla)
- 6. Una experiencia para los cinco sentidos… y para el alma
¿Qué es Los Encepados y dónde está?
Los Encepados no es una finca cualquiera.
Es un pequeño paraíso ecológico que se esconde en Valdelacasa de Tajo, un pueblo de poco más de 300 habitantes en plena provincia de Cáceres, dentro del Geoparque Mundial UNESCO Villuercas-Ibores-Jara.
Aquí, Mar y Miguel Ángel han creado algo más que una finca de olivos: han creado un refugio con alma.
Un espacio donde el tiempo va más lento, la tierra se cuida con mimo y el AOVE (sí, el aceite de oliva virgen extra) se trata como lo que es: oro líquido. Del bueno. Del que necesitas pan para mojar.
Los Encepados no es turismo rural.
Es algo mucho más potente: una experiencia sensorial, cultural y emocional que te conecta con la tierra, con el cielo… y contigo.
Y lo hacen desde el respeto, la cercanía y ese tipo de autenticidad que no se compra ni se finge.
Un lugar que merece ser conocido, pero sobre todo vivido.


¿A qué sabe el oro líquido cuando es de verdad?
La tarde arrancó con una cata de AOVE.
Pero no una de esas que parecen sacadas de un manual técnico con palabras vacías.
Aquí aprendimos de verdad.
Con calma, con humor, y con un respeto absoluto por lo que se está probando.
Probamos dos variedades: cornicabra y manzanilla cacereña.
Cada una con su personalidad, como si fueran primas hermanas con carácter propio.
Nos enseñaron a detectar los aromas, los matices, la intensidad… y, sobre todo, a diferenciar lo bueno de lo que solo parece bueno.
Spoiler: lo que encuentras en la mayoría de los supermercados no tiene ni nada que ver al lado de esto.
Mar y Miguel Ángel nos explicaron con claridad cómo se hace una cata profesional, cómo se valoran aspectos como el frutado, el amargor o el picor… y por qué un buen aceite puede emocionarte casi tanto como un vino bien escogido.
Salimos de ahí con la lección aprendida y una frase grabada:
“Cuando pruebas un buen AOVE, no hay vuelta atrás. Lo otro ya no cuela.”


Cena bajo las estrellas (literalmente)
Después de la cata, vino la magia.
Y no, no es una frase hecha.
Es que de verdad parecía magia.
Porque una cosa es cenar en el campo, y otra cenar entre olivos, con una cesta de mimbre en la mano, el cielo abierto sobre la cabeza y el silencio de fondo.
Bueno, silencio no: a veces los grillos, a veces alguna risa, y a veces el «mmmm» cuando probábamos algo rico.
Mar y Miguel Ángel, los anfitriones de Los Encepados, se encargan de todo.
Tú solo tienes que dejarte llevar.
La cena te la llevas tú mismo a la mesa (o a la mantita), pero ellos están ahí en todo momento, como si fueras de la familia.
Mar nos iba sirviendo vino, agua, lo que hiciera falta… con esa mezcla perfecta de cercanía y cuidado que no se puede fingir.
El menú es sencillo, sabroso y con identidad.
Todo elaborado, cómo no, con su propio AOVE.
Probamos quesos de la zona, un salmorejo potente, un humus suave pero con carácter, escalivada que sabía a campo y un helado de AOVE que, sinceramente, nos voló la cabeza.
Y mientras comíamos, mirábamos hacia arriba.
Y nos callábamos.
Porque el cielo de Valdelacasa de Tajo no necesita banda sonora.



Cuando se apagan las luces, empieza el espectáculo
Terminamos de cenar, nos acomodamos en las mantitas, nos apoyamos en los cojines… y nos quedamos mirando al cielo.
Literal.
Aquí no hay telescopios.
No hacen falta.
Esto va de mirar. De mirar bien. De mirar de verdad.
Bajo la certificación Starlight recién estrenada del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, nos tumbamos en el olivar y dejamos que los ojos se fueran acostumbrando a la oscuridad.
Al principio parece que hay pocas estrellas.
Luego aparecen más.
Y más.
Y más.
Y de repente sientes que estás dentro de un planetario natural y que el universo entero te está hablando bajito.
No hay ruido, no hay interferencias.
Solo tú, el cielo, y la certeza de que ese momento te lo vas a guardar en el bolsillo de los recuerdos importantes.
¿Has sentido alguna vez que el mundo se detiene un poco para que tú lo disfrutes?
Pues eso.

Un centro de estética en medio del campo (sí, y es una maravilla)
Esto no lo vivimos en primera persona, pero solo por cómo lo cuentan… ya dan ganas de volver.
Porque además de oleoturismo, en Los Encepados tienen un centro de estética con tratamientos corporales y faciales naturales, donde trabajan con productos sin siliconas, sin parabenos y con aceites ecológicos (¡Cómo no!).
¿Un masaje descontracturante con aceite de oliva ecológico? ¿Una limpieza facial con cosmética consciente? ¿Un tratamiento antiedad en medio de una finca rodeada de olivos?
No nos digas que no suena bien.
Es otro nivel de slow beauty, con el mismo cariño que ponen en todo lo demás.
Cuidarte por fuera, sí.
Pero también por dentro.
Y si quieres vivir una experiencia aún más completa, puedes combinar tu visita al olivar con uno de estos tratamientos.
Vamos, que sales de allí nuevo, por dentro y por fuera.

Una experiencia para los cinco sentidos… y para el alma
Hay sitios a los que llegas sin expectativas y te vas con el corazón lleno.
Y hay personas, como Mar y Miguel Ángel, que convierten una actividad de oleoturismo en una experiencia vital que te reconcilia con lo esencial.
Porque esto no va solo de catar aceites o mirar estrellas.
Va de parar.
De escuchar.
De dejarte cuidar.
Va de volver a casa con la sensación de que algo dentro se ha recolocado.
Y si has llegado hasta aquí, una cosa está clara:
Te gusta viajar distinto.
Sentir de verdad.
Entonces estás en el sitio correcto.
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Dirección Los Encepados: Carretera CC 433 PK 0,790, Valdelacasa de Tajo, Cáceres, España
Teléfono: 650 840 924
Email: info@losencepados.com