Mariposario de Benalmádena: Qué ver, cómo llegar y por qué merece la pena
El aire se siente distinto en cuanto cruzas la puerta.
Cálido, húmedo, como si hubieras aterrizado de repente en un rincón tropical del sudeste asiático.
A tu alrededor, mariposas que revolotean sin rumbo aparente, flores que parecen pintadas a mano y una calma que no suele encontrarse tan fácilmente.
El Mariposario de Benalmádena es uno de esos lugares que, sin hacer ruido, consigue que bajes el ritmo.
No hay pantallas, ni prisas, ni nada que interrumpa ese zumbido suave de alas en movimiento.
Solo tú, las mariposas y la sensación de que el tiempo se ha tomado un respiro.
Esta visita forma parte de una colaboración con el Mariposario de Benalmádena.
Como siempre, la experiencia y la opinión son totalmente nuestras (y sin filtros).
Qué es el Mariposario de Benalmádena
A primera vista parece un pequeño templo tailandés, con tejados puntiagudos, estatuas de dragones y tonos dorados que brillan con el sol de la Costa del Sol.
Pero al cruzar sus puertas, entras en un auténtico ecosistema tropical donde viven más de 1.500 mariposas de todos los tamaños y colores.
El Mariposario de Benalmádena es el mayor espacio de España dedicado a estos insectos y uno de los pocos del mundo ambientado como un santuario asiático.
Dentro, las mariposas vuelan en libertad entre plantas exóticas, orquídeas, cascadas y estanques, mientras mantienen una temperatura constante de unos 27ºC y una humedad del 80 %.
En sus instalaciones también se pueden ver crisálidas en proceso de transformación, pequeñas rutas explicativas y paneles educativos donde se detalla el ciclo de vida de cada especie.
Es una visita que combina ciencia, naturaleza y fotografía, perfecta tanto si vas en pareja como en familia.
Nuestra experiencia en el Mariposario de Benalmádena
Lo que más nos sorprendió fue que las mariposas vuelan completamente en libertad.
No hay cristales, ni vitrinas, ni esa sensación de estar mirando algo desde fuera.
Estás dentro de su mundo.
Y aunque no se pueden tocar (por razones obvias), ellas deciden cuándo acercarse.
A veces se posan en una flor, otras en tu brazo o incluso en tu cámara, como si quisieran salir en la foto.
Es un momento que no se busca: Simplemente pasa, y te deja una sonrisa de esas que duran todo el día.
Entre los senderos del invernadero tropical, el calor húmedo y el murmullo del agua de las cascadas, la visita se convierte en algo más que una simple actividad turística.
Hay una sensación de calma y asombro, de esas que te obligan a bajar el ritmo y mirar despacio.
Es un lugar que encanta a los niños, pero también a los adultos, porque te recuerda que la naturaleza no necesita filtros para ser increíble.
Curiosidades que seguro que no sabías
- Las mariposas viven solo entre una y cuatro semanas. Por eso, el equipo del mariposario recibe nuevas crisálidas cada semana, directamente de granjas especializadas de todo el mundo.
- Las crisálidas están a la vista del público. En una especie de “laboratorio natural”, puedes ver cómo algunas empiezan a abrirse lentamente. Si tienes suerte, podrás presenciar el momento exacto en que una mariposa rompe su envoltorio por primera vez.
- No todas son iguales ni mucho menos locales. Hay especies de Tailandia, Costa Rica, Filipinas, México… y muchas de ellas alcanzan hasta los 20 centímetros de envergadura.
- Se alimentan de frutas y néctar, pero también de lágrimas. Sí, literal: algunas especies tropicales buscan la sal del sudor o las lágrimas humanas. (No te asustes si una decide posarse cerca de tu cara, solo tiene buen gusto en electrolitos).
- La ambientación no es casual. El edificio está construido como un auténtico templo tailandés, y los monjes budistas de la cercana Estupa de Benalmádena participaron en su bendición antes de la apertura.
- Y no todo son mariposas. Entre la vegetación se esconden aves tropicales, peces koi y algún que otro reptil que ayuda a mantener el equilibrio del ecosistema.
El Mariposario de Benalmádena no es solo un sitio bonito para hacer fotos (aunque salgan espectaculares).
Es un pequeño recordatorio de que todavía hay lugares donde la naturaleza marca el ritmo y tú solo tienes que dejarte llevar.
Sales con la sensación de haber viajado muy lejos sin moverte de Málaga.
Y con un par de mariposas revoloteando todavía por dentro.
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Donde dormir: Si te apetece alargar la visita y disfrutar un poco más de la zona, Benalmádena tiene opciones para todos los gustos: Desde hoteles con vistas al mar hasta apartamentos tranquilos cerca del pueblo.
Aquí te dejamos un mapa interactivo con alojamientos cerca del Mariposario para que encuentres fácilmente el que más se adapte a ti.
- Dirección: Av. de Retamar, s/n – 29639 Benalmádena (Málaga)
- Horario: Todos los días de 10:00 a 19:30 h (última entrada a las 19:00).
(Conviene confirmar horarios actualizados en su web oficial antes de ir, ya que pueden variar según la temporada). - Duración ideal: Calcula entre 45 minutos y 1 hora para recorrerlo con calma. No es un lugar para ir con prisa; las mariposas no entienden de horarios.
- Mejor hora para ir: A primera hora de la mañana o justo después de comer, cuando hay menos gente y el ambiente es más tranquilo. Además, con buena luz natural, las fotos salen espectaculares.
- Entradas: Puedes comprarlas directamente en taquilla o desde su web oficial. Si vas en temporada alta, mejor hacerlo con antelación para evitar esperas.
- Aparcamiento: Hay una zona de aparcamiento gratuita justo al lado del mariposario y otra junto a la Estupa budista (a unos dos minutos andando).
- Fotos y vídeos: Se pueden hacer sin problema (y créenos, vas a querer hacerlo), pero sin flash, para no alterar el comportamiento de las mariposas.
- Clima interior: Dentro hay una temperatura constante de unos 27ºC y una humedad del 80 %, así que mejor ropa ligera y calzado cómodo.
- Qué ver cerca: Aprovecha para visitar la Estupa budista de Benalmádena, el teleférico o dar un paseo por el pueblo de Benalmádena Pueblo, uno de los más bonitos de la Costa del Sol.


