La capital de La Palma se encuentra en el este de la isla. Es donde está el aeropuerto así que, lo más seguro es que sea vuestro punto de llegada y partida.

Es una pequeña pero bonita ciudad que ha sido declarada en su totalidad Bien de Interés Cultural.

Sus vías principales son las calles O’Daly, Pérez de Brito, la Avenida Marítima, la calle Virgen de la Luz y la calle San Esteban; donde encontraréis casas solariegas y coloniales, balcones de madera llenos de flores… pero, por empezar la visita por algún sitio, nos dirigimos a la Plaza de España.

Esta plaza posee el mejor conjunto renacentista de Canarias. Aquí se encuentra el Ayuntamiento y la Iglesia de El Salvador junto con unas bonitas casas señoriales.

Al entrar en la iglesia, levantad vuestra vista para maravillaros con su artesonado de estilo mudéjar.

Además, esta plaza es el punto neurálgico del Carnaval de los Indianos que comienza el viernes anterior al Miércoles de Ceniza y se prolonga hasta la madrugada del domingo siguiente que es conocido con el nombre de «Domingo de La Piñata»

Pero, sin duda, el día más importante es el Lunes de Carnaval. Durante este día, toda la ciudad revive la llegada de los indianos. Una batalla de polvos de talco recibe a los que regresan que llevan consigo jaulas con loros, baules, enormes habanos… mientras la música caribeña no para de sonar.

¿Os ha sorprendido la manera de celebrar el carnaval de los habitantes de La Palma? Pues en lo relativo a festejos, aún hay más.

Entre los meses de julio y agosto de los años que acaban en 5 o 0, es decir, cada 5 años y durante más de 30 días; tienen lugar los distintos actos de las fiestas lustrales de la Bajada de la Virgen de Las Nieves.

Quizás, lo más llamativo y popular sea la Danza de los Enanos, que suele celebrarse el jueves de la Semana Grande en la Plaza de Santo Domingo. Consiste en que durante toda esa noche, 24 hombres, de una altura de alrededor 1,80 metros, y disfrazados todos iguales, con túnicas, pero siempre distintas de una edición a otra, cantan una canción que también varía cada vez en melodía y letra.

Cuando pasan por una caseta situada en el escenario de la plaza, salen transformados ya en Enanos de La Palma, con sus característicos gorros napoleónicos. En fila, van apareciendo uno tras otro, bailando y saltando al ritmo de una polca centenaria. Después se dividen en 2 filas de 12 y realizan una danza saltarina que continúan bailando hasta el amanecer.

Solo los protagonistas de la danza conocen el secreto que les permite cambiar de imagen tan rápido. Este secreto pasa de padres a hijos, de generación en generación.

Pero, mejor… vamos a verlo en este vídeo.

Bueno, volvamos a nuestra visita por Santa Cruz de La Palma.

Después de ver la Plaza de España, os recomendamos que os dirijáis a la Calle Real, la más bonita de la ciudad y que está divida en 3 tramos.

Gracias al estilo colonial de sus fachadas con vivos colores, nos podemos transportar al tiempo en el que partían los barcos hacía América. Por aquí, encontramos placitas con mucho encanto, callejones donde merece la pena perderse, monumentos como la Casa Salazar, la Casa Massieu Tello de Eslava, la Casa Sotomayor o la Casa Pinto, que constituyen magníficos ejemplos de la arquitectura civil tradicional de La Palma de los siglos XVI al XVII.

Continuamos por la Avenida Marítima para admirar sus bellos balcones. Probablemente, esta sea la imagen más icónica de La Palma, un conjunto de casas pintadas en diferentes colores, llenas de flores.

Después nos vamos al Museo Naval Barco de La Virgen. Allí, nos encontraremos una réplica exacta de la carabela Santa María entre otros muchos objetos históricos relacionados con la navegación.

Seguimos nuestra visita por las plazas de San Francisco y Santo Domingo. Aquí destaca el Real Convento de la Inmaculada Concepción en el que se ubica en la actualidad el Museo Insular de La Palma.

No dejéis de acercaros a la iglesia del Convento de San Miguel de Las Victorias, donde podéis admirar 6 magníficas tablas flamencas y otras obras barrocas.

Para nosotras, esta es nuestra segunda visita a La Palma. La primera fue en el 2005 por lo que no estaba ni siquiera empezada la ahora Playa de Santa Cruz de La Palma.

En esta ocasión, sí que hemos podido conocerla, y desde luego, nadie diría que se trata de una playa artificial. Es una extensa playa en la que han utilizado arena negra volcánica y que contrasta con los vivos colores de las casas de la Avenida Marítima. Os mostramos el antes y el después en las dos fotografías que tenéis justo arriba.

Real Santuario Insular de Nuestra Señora de Las Nieves

En este templo situado a 3km del centro de Santa Cruz de La Palma. Es donde los palmeños veneran a su patrona, la Virgen de las Nieves. Data del siglo XVI y está situado en la ladera de un barranco.

En la fachada destaca un balcón bajo la espadaña. Atravesando una sencilla puerta accedemos al interior del santuario, de una sola nave, donde encontramos el Altar Mayor del siglo XVII, realizado en plata; diversas tallas flamencas, retablos, pinturas y el joyero de la Virgen que presume de ser el más valioso de Canarias.

Por supuesto, en el interior se encuentra la escultura de Nuestra Señora de Las Nieves que es la más antigua de Canarias y la segunda en advocación solo por detrás de la Virgen de la Candelaria de Tenerife.

La imagen, de terracota policromada, es de estilo románico tardío en transición al gótico.

Mide 57cm de altura, y su hijo, que lo porta sobre el brazo derecho, mide 12cm.

Hay una leyenda con respecto a una inscripción que tiene la Virgen grabada en su espalda. Una enigmática palabra: «ASIETA», traducida por las iniciales de «Alma Santa Inmaculada en Tedote Aparecida» (Tedote es el nombre en guanche de la capital de La Palma).

En ningún manuscrito hay constancia de esta célebre palabra y muchos investigadores afirman que esta grabación no existe. No obstante, es un nombre que llevan muchas chicas palmeras aceptado como sinónimo de Nieves.

Playa de Los Cancajos

La playa de los Cancajos se encuentra a 2 km de Santa Cruz de la Palma, en el término municipal de Breña Baja.

Se trata de una playa de arena negra volcánica protegida por un rompeolas natural que nos asegura aguas tranquilas durante todo el año. Cuenta con una avenida marítima rocosa y agreste por donde se puede dar un largo paseo disfrutando de las vistas y admirar la fuerza del mar rompiendo en las rocas.

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